En algunos países, en pleno siglo XXI, todavía ser mujer o varón puede ser el “pasaporte” a la vida en sociedad para miles de bebés por nacer. Un ejemplo concreto es la India, donde, según el último censo que fue hecho meses atrás, hay un preocupante desequilibrio de sexo en la población de entre los 0 y 6 años: cada mil niños hay sólo 917 niñas. Y uno de los principales factores de esta situación, tal como indicó a la revista Eurasia Review el Director de Guru Arjan Dev Institute of Development Studies in Amristar, Dr. Gursharan Singh Kainth, se debe a “la preferencia cultural por los hijos y la creciente disponibilidad de diagnóstico prenatal para determinar el sexo del bebé”, pese a que en el país es ilegal.
La actual desproporción de sexo que hay en la India, que es la más grande desde su independencia el 15 de agosto de 1947, lleva consigo fuertes raíces culturales. La elección por los hijos varones tiene relación con que en ese país los hombres son quienes heredan las tierras, transmiten el nombre de las familias, ayudan financieramente a los padres en la vejez y se encargan de sus rituales una vez que mueren, entre otras cosas. Pero la situación hoy, no obstante, como denuncia el portal LifeSiteNews.com, es la “peor de la historia” porque hay un importante trasfondo económico que impregna de un agudo materialismo a la cultura india hasta llevarla a eliminar a cerca de 600.000 niñas por nacer por año. Aberrante.
“Para buena parte del mundo puede resultar paradójico e inaudito –y con razón- que esto ocurra en la India, cuando desde hace más de una década tiene un crecimiento económico espectacular. Y, de hecho, muchos analistas internacionales, como Thomas Friedman en su libro “La Tierra es Plana”, sostienen que, gracias a las ventajas competitivas que ofrece el país para el desarrollo de los negocios relacionados con las nuevas tecnologías de la información desde la caída de las punto.com en 2000, “el 1 de enero de 2000 debería considerarse el Día de la Independencia India”. Y, desde una perspectiva comercial, es cierto. Pero desde el prisma social este nuevo escenario económico introdujo un clima de consumo en la sociedad que generó nuevas necesidades en su población, donde muchos se encontraron -y encuentran- más lejos de alcanzar los estándares propuestos por aquél.
“Triángulo de Bermúdas para las niñas”
Otro dato del último censo retrata a la perfección lo descripto con anterioridad. En las poblaciones más vulnerables, las que el Dr. Kainth denominó el “Triálo de las Bermúdas para las niñas”, se registraron sólo 774 chicas cada 1000 chicos de entre 0 a 6 años. Y según él, esto ocurrió en zonas donde la atm&oacut esfera de los negocios era “más neutral” en los últimos años. Queda claro: la combinación de la miseria con una cultura hedonista-con sesgos patriarcales- más la crisis de valores generó un peligroso cóctel en la India que, sin vueltas, arrasa el derecho a la vida de miles y miles de mujeres.
El desequilibrio de sexo en la población india, además, provoca otras graves situaciones morales. Es que la escasez de mujeres pone en riesgo sus vidas, ya que, tal como expresa el Dr. Kainth, “el robo, la violación y la trata de novias” están asociados con las sociedades con “grandes grupos de jóvenes solteros”.
Otra importante consecuencia que tiene la clara mayoría de hombres sobre mujeres en la India consiste, en rigor, en el impacto que tiene esto para la formación de las nuevas familias. En este nuevo contexto es fácil para los varones acomodados conseguir novia, pero con el agravante que en ocasiones ellas los eligen para poder pertenecer a una casta con mayores niveles de ingresos que a los de su familia de origen. En tanto, para muchos hombres pobres, así, resulta complicado casarse y permanecen solteros, un estado civil cuasi-humillante en ese país. En efecto, los varones recién pueden ejercer sus plenos derechos una vez que formaron matrimonio.
Duele, pero es así: en la India, como en otros países en desarrollo, ser mujer o varón puede ser un obstáculo para nacer. Y, en otros muchos casos, al menos un escollo para una vida digna. El sexo, en estos casos, constituye un perverso “pasaporte” hacia la vida. Contradicciones de un mundo globalizado y que, según muchos, no para de evolucionar. ¿Es así? Para reflexionar.