Se afirma que en la Argentina se practican alrededor de 500.000 abortos al año. Esta cifra es desproporcionada e inconsistente con las estadísticas vitales de nuestro país y con lo que sucede en países con aborto legal de similares características demográficas.
Para los promotores del proyecto de ley, la legalización del aborto libre no haría más que blanquear una práctica que se produciría ya de hecho de manera muy extendida en nuestro país.
Sin embargo, la cifra de 500.000 abortos llama la atención al sentido común, sensación que es corroborada por las investigaciones científicas más serias. En efecto, es sabido que países con una cantidad semejante a la nuestra de nacimientos anuales (770.040 en 2015[1]), y con la legalización total del aborto, registran no más de 220.000 abortos al año[2]. Resulta contradictorio a simple vista que la Argentina, con el aborto tipificado como delito y las dificultades de registración que esta prohibición legal encierra, duplique y en algunos casos triplique la cantidad de abortos de países sin esos obstáculos.
Silvia Mario y Edith Pantelides fueron quienes publicaron el estudio que da origen al número de 500.000 abortos[3]. Utilizaron dos métodos. El primero está basado en egresos hospitalarios, partiendo de dos posibles cifras (65.735 o 54.701[4]), correspondientes al año 2000[5]. Al mismo tiempo, en base a entrevistas a 30 “informantes clave” elaboraron un coeficiente multiplicador para saber “la frecuencia con que se utilizan los métodos para practicar abortos en la actualidad y de las complicaciones asociadas a cada método, los tipos de proveedores y el método preferido por cada uno de ellos, proporción de abortos complicados que requieren internación y que recurren al hospital público. Se les solicitó, además, que discriminaran en su respuesta la conducta de mujeres de estratos socioeconómicos pobres y no pobres”.
Promediando el multiplicador de las mujeres no pobres (9,1), con el de las pobres (2,7), asignaron al multiplicador el valor de 6,8. Multiplicando esa cifra por la primera opción (65.735 egresos) obtuvieron un total de 446.998 abortos por año, mientras que, para la segunda alternativa (54.701) fueron 371.965 abortos.
La crítica que se realiza a este método es que está basado en una estimación puramente subjetiva a partir de 30 personas y tiene una aproximación sesgada a la realidad de lo que sucede. Estima un alto número de mujeres “ricas” que no concurren a los hospitales por aborto (9,1) y ello eleva notablemente el resultado del total de abortos. Ahora bien, si el problema es la legalización, tal multiplicador nos estaría señalando que lo que se busca es legalizar el aborto de las mujeres ricas, que es el que no se visibiliza en los egresos hospitalarios por aborto.
Un segundo método utilizado por Mario y Pantelides es el residual, que estima cuántos hijos podría tener una mujer fértil a lo largo de su vida y se aplican reducciones a esa tasa global de fecundidad para los casos en que no tiene relaciones sexuales, en los que aborta, en los que usa anticoncepción o en aquellos en que es infértil luego del parto. Las investigadoras obtienen un coeficiente de aborto inducido de 0,602. Y a partir de ese dato, calculan el promedio de abortos que tendría una mujer de una cohorte hipotética al término de su vida fértil (entre 15 y 49 años), llegando así a la tasa global de aborto de 2,13 o 2,29. Esta tasa corresponde al promedio de abortos que tendría una mujer de una cohorte hipotética al término de su vida fértil. Ello conduce a una tasa general de aborto de 60,8 o 65,4 cada 1000 mujeres de 15 a 49 años. Por ello, aplicando el número de mujeres en edad fértil, se concluye presumiendo que el número de abortos inducidos anuales sería entre 485.974 y 522.216[6].
Una apreciación crítica de este estudio permite advertir que los únicos datos oficiales y objetivos son los referidos a la cantidad de egresos hospitalarios por abortos tal como surgen de las estadísticas del Ministerio de Salud (entre 54.701 y 65.735 en el año 2000). De allí a sostener que hay 500.000 abortos al año hay una elaboración teórica frágil. Además, el número obtenido para la Argentina (entre 371.000 y 522.000) es muy elevado si consideramos que en promedio en Argentina nacen 700.000 personas. Si dividimos el número de presuntos abortos por el número de nacidos vivos, obtenemos que la razón de aborto sería del 65% de los nacidos vivos. Esta cifra casi duplica la razón de aborto que informaba la OMS en la época en que se publicó el estudio de Mario y Pantelides y que se ubicaba en el orden del 35%[7]. Y en el mismo informe se estimaba que la tasa de los denominados “abortos inseguros” era 39 cada 100 nacidos vivos para Sudamérica.
En cuanto al método residual, las mismas autoras reconocen que el valor de la tasa de fertilidad potencial (TF 15,3) influye en el resultado y que es sólo una aproximación y admiten que “las estimaciones del número de abortos obtenidas mediante el método residual podrían estar sobreestimadas”[8].
Elard Koch, Director de MELISA Institute, sostiene que la cifra de 500.000 abortos es biológicamente ilógica. Para este investigador, utilizando un modelo predictor basado en una ecuación lineal relacionada a la Tasa Global de Fecundidad, los abortos inducidos se estiman en un máximo de 68.978 al año en Argentina.
En síntesis, podemos afirmar que la cifra de 500.000 abortos está sobreestimada y faltan datos serios y confiables sobre la cantidad de abortos que se realizan en Argentina, de modo que no puede esgrimirse dicha cifra como principal motivación para una decisión en la que están en juego valores tan decisivos.
[1] Cf. Dirección de Estadísticas e Información de Salud; “Estadísticas vitales. Información básica. Año 2015”; Serie 5, Nº 59.
[2] Inglaterra, por ejemplo, con 696.271 nacimientos en el año 2016, registró ese mismo año 190.406 abortos. Francia, a su vez, con 784.325 nacimientos en 2016, contabilizó 211.900 ese mismo año.
[3] Mario, Silvia, Pantelides, Edith, “Estimación de la magnitud del aborto inducido en la Argentina”, CEPAL, Notas de población nro. 87, CELADE, 2009, p. 95-120, en https://archivo.cepal.org/pdfs/NotasPoblacion/NP87Mario.pdf
[4] Según el informe “EGRESOS DE ESTABLECIMIENTOS OFICIALES POR DIAGNOSTICO – AÑO 2013” publicado por la Dirección de Estadísticas e Información de la Salud del Ministerio de Salud de la Nación, los egresos hospitalarios por aborto (considerando todos los supuestos) son 57.233 en todo el territorio argentino. Este total incluye los abortos espontáneos.
[5] En la alternativa 2 se ajusta el número porque se deducen los abortos espontáneos hospitalizados del segundo trimestre (3,41% de los nacidos vivos en establecimientos del sector público).
[6] Mario, S. y Pantelides, E., op. cit., p. 111.
[7] Según la Organización Mundial de la Salud cada año hay aproximadamente 210 millones de embarazos, de los cuales nacen 130 millones de niños, mientras que 46 millones de niños por nacer son muertos por abortos procurados (27 millones legalmente y 19 millones ilegalmente) World Health Organization, “Unsafe abortion. Global and regional estimates of the incidence of unsafe abortion and associated mortality in 2000”, Geneva, Fourth edition, 2004, p. 1.
[8] Mario, S. y Pantelides, E., op. cit., p. 112.