El 11 de abril de 2024 el Parlamento Europeo aprobó una resolución que pide que se incluya el aborto como derecho en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE.
En concreto, la resolución apunta a la modificación del art. 3 de la Carta para incluir el inciso 2.a. que sostenga: “toda persona tiene derecho a la autonomía física y a un acceso libre, informado, pleno y universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, así como a todos los servicios sanitarios conexos, incluido el acceso a un aborto seguro y legal, sin discriminación”.
Además, la Resolución:
-impulsa la despenalización del aborto en consonancia con las directrices de la OMS de 2022,
-condena la objeción de conciencia tanto de médicos como de instituciones,
-impulsa que se incluyan los métodos y procedimientos de aborto en los planes de estudios de medicina,
-señala que los Estados miembros deben garantizar el acceso a servicios de salud y derechos sexuales y reproductivos, incluida la educación en materia de sexualidad y afectiva adaptada a la edad.
-promueve que se faciliten métodos y suministros anticonceptivos accesibles, seguros y gratuitos, así como asesoramiento sobre planificación de la familia, prestando especial atención a los grupos vulnerables.
-piden que no se brinde financiación de la Unión a grupos que “trabajan contra la igualdad de género y los derechos de las mujeres, incluidos los derechos reproductivos”,
-piden que aumente el gasto en programas y servicios sanitarios y de planificación familiar.
La resolución contó con 336 votos a favor, 163 votos en contra y 39 abstenciones.
Esta resolución tiene un valor no vinculante y su efectiva concreción parece lejana, pues cualquier cambio en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE requeriría un acuerdo unánime de todos los Estados miembros.
En todo caso, hay que lamentar que se insista en convertir al aborto en un derecho, ignorando la violación flagrante del derecho a la vida de la persona por nacer que significa. También se verifica una inusitada persecución de los grupos favorables a la defensa de la vida y de los objetores de conciencia. Y, sobre todo, es grave que no se reflexione sobre las verdaderas causas de la vulnerabilidad materna que llevan a las mujeres a abortar y que son el verdadero problema que debe ser abordado y resuelto integralmente. El aborto es siempre un mal y nunca una solución y sería deseable que los Estados promuevan acciones para cuidar las dos vidas: la de la madre y su hijo.
Informe de Jorge Nicolás Lafferriere
https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2024-0286_EN.html