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Riesgos de la dación de gametos. Un artículo del New York Times

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Riesgos de la dación de gametos. Un artículo del New York Times

Los riesgos y dilemas de elegir un dador de gametos en la fecundación artificial es el tema de un artículo publicado por Jacqueline Mroz en el New York Times el 14 de mayo de 2012.

Bajo el título “In Choosing a Sperm Donor, a Roll of the Genetic Dice” (Elegiendo un donante de esperma, jugando a los dados genéticos), el artículo relata la historia de una familia de Yukon, Oklahoma, quienes habían iniciado distintos tratamientos médicos para concebir a su segundo hijo y después de una serie de fracasos, un médico les aconsejó que buscaran un donante de esperma.

Según el artículo, Sharine y Brian K. investigaron cuidadosamente por más de un año los bancos de esperma y los donantes. Finalmente el donante elegido fue un hombre de familia, un cristiano como ellos, se les dijo. Lo más importante, tenía un certificado de buena salud. Su esperma se almacenó en el Banco de Semen de Boston, y según la página web del laboratorio, allí se hacían todos los ensayos necesarios para detectar posibles enfermedades genéticas.

Así que los K. respiraron hondo y decidieron llevar adelante la fecundación. Después de la inseminación artificial, la señora K. quedó embarazada, y en abril de 2010 dio a luz a un niño que llamaron J.

Pero luego del primer día, los médicos observaron que el bebé no tenía evacuación intestinal normal, señal de que algo andaba mal. Finalmente J. fue trasladado de urgencia a la cirugía. Los médicos regresaron con una noticia terrible para los K.: Su bebé aparentemente padecía fibrosis quística.

Los K. han demandado al banco de esperma que les vendió el esperma utilizado para concebir J. Como resultado de la investigación iniciada, se descubrió que el esperma había sido donado hace más de 20 años en otro Banco en Jackson.

Una portavoz del Banco de gametos de Boston dijo que su banco recibió la documentación del otro Cryobank, aseverando que el donante había sido probado para la fibrosis quística, pero agregó: “Parece que la prueba realizada era defectuosa.”

El artículo señala que en los hogares de todo el país, los niños concebidos con esperma donado se enfrentan a graves condiciones genéticas heredadas de hombres que nunca han conocido. Las enfermedades que se observan generalmente son: defectos cardíacos, atrofia muscular espinal y neurofibromatosis tipo 1, entre muchos otros.

Cientos de casos han sido documentados, pero lo más probable es que haya miles más. Asimismo, advierte The New York Times que los óvulos donados constituyen un riesgo, pero la amenaza de daño genético de la donación de esperma es sin duda mucho mayor. Los donantes de semen no son más propensos a portar enfermedades genéticas que nadie, pero pueden engendrar un número mucho mayor de niños: 50, 100 o 150, incluso, cada uno un heredero potencial de genes defectuosos.

La escala del problema es cada vez más evidente con la llegada de las comunidades en línea. Según algunas estimaciones, hay más de un millón de niños en ese país concebidos con esperma u óvulos donados.

El artículo explica que la FDA (Administración de Drogas y Alimentos) requiere que los donantes de esperma se hagan pruebas para detectar enfermedades transmisibles, pero el cumplimiento de esas directrices no es obligatorio, y las prácticas de pruebas genéticas varían ampliamente entre los Estados Unidos.

Se relata en el texto una opinión que sostiene que “en esta época, cuando usted tiene las pruebas genéticas disponibles por alrededor de 200 dólares, no hay razón por la cual los bancos de esperma no proporcionen estos estudios para los clientes”. La industria de la fertilidad, sin embargo, se ha resistido a la idea.

“La reproducción humana es un asunto intrínsecamente riesgoso y siempre lo será, por lo que es imposible eliminar todo el riesgo y la incertidumbre de la reproducción”, dijo el Director de Asuntos Públicos de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva.

La falta de reglamentación en el mantenimiento de registros también hace que sea difícil para los bancos de esperma advertir a las familias relacionadas, o incluso de los donantes, cuando una enfermedad genética se descubre en uno o más hijos. Y las familias de los donantes no están obligados a reportar nacimientos o enfermedades a los bancos de esperma. Puesto que la clínica no tiene manera de saber si el esperma de un donante es defectuoso, puede seguir vendiéndose mucho después de que los problemas hayan surgido.

El artículo relata que según una consejera genética en el mayor banco de esperma en el país ubicado en California, se ha descubierto recientemente que un donante en el banco había pasado en el gen de la neurofibromatosis tipo 1 o NF1, a cinco niños, lo que puede causar tumores benignos a lo largo de los nervios en las áreas de la piel, del cerebro y de otro tipo, y contribuye a los problemas de aprendizaje y un mayor riesgo de tumores cerebrales, leucemia y otros cánceres. El caso fue reportado en la edición de febrero de la revista Human Reproduction.

“Algún día voy a tener que explicar a J. que el dolor y las dificultades que aguanta cada día son innecesarias y deberían haberse evitado”, dijo la señora K. “Es un sentimiento de impotencia saber que no le puedo quitar el dolor a mi hijo.”

Desde el Centro de Bioética, Persona y Familia creemos que los casos citados son una prueba dramática de los dilemas a los que conduce la aplicación de una técnica que no respeta la originalidad de la transmisión de la vida humana y que se rige por una lógica productiva. El niño es tratado como el producto de una manufactura, mientras que una poderosa industria biotecnológica se dedica de manera inescrupulosa a comerciar con gametos y embriones en forma contraria a la dignidad de la persona humana.