La pandemia de COVID-19 ha impactado en la vida de la gran mayoría de los habitantes del planeta de un modo sin precedentes, cambiando la rutina de millones de personas y permitiendo volver sobre valores que en otras cuestiones no parecen ser receptadas tan uniformemente. Como lo venimos destacando, el aislamiento y todas las medidas sanitarias dispuestas en prácticamente todos los países afectados por la situación han generado un aparente consenso respecto del valor de la vida humana, especialmente la vulnerable, la necesidad de actuar juntos y con responsabilidad para evitar la propagación del virus y ha permitido constatar numerosos gestos de solidaridad a nivel nacional e internacional.
En este contexto, el Centro de Bioética reunió testimonios de personas que día a día trabajan por el cuidado de la salud y la vida de sus pacientes, por la educación de los niños, por la cuidadosa atención de los adultos mayores y otros que contaron las formas que han ideado para continuar sirviendo a los demás durante tiempos de cuarentena.
El mensaje de fondo que se intenta comunicar es que cada uno de nosotros puede, hoy y siempre, contribuir en el cuidado de los demás y que cada aporte, por más pequeño que nos parezca, también implica un cambio radical en el mundo.
Desde el Centro de Bioética instamos a continuar expresando nuestro compromiso con la vida y la salud de todas las personas sin excepción y confiamos en que las situaciones limites que se nos presentan nos fortalecen a nivel individual y colectivo y nos permitirán progresar como sociedad.