Una encuesta sobre “La gente y la edición genética, los estudios genéticos y la terapia genética” (“The Public And Genetic Editing, Testing, And Therapy”) difundida en enero de 2016 y realizada por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard junto con el sitio de noticias STAT arroja interesantes datos sobre las opiniones de los estaounidenses en torno a la ingeniería y manipulación genética.
La encuesta se estructura en torno a siete preguntas:
(1) ¿Qué opina la gente sobre cambiar las características genéticas de niños por nacer?
La encuesta deja en claro una fuerte oposición a la edición genética de los niños por nacer. En efecto, ante la pregunta por la edición genética para reducir el riesgo de desarrollar serias enfermedades, el 65% considera que debe ser ilegal, mientras que sólo el 26% considera que debe ser legal y un 9% no contesta.
Ante la pregunta sobre la edición genética para mejorar la inteligencia o características físicas, el 83% considera que debe ser ilegal y sólo el 11% que debe ser legal.
(2) ¿Piensa la gente que el gobierno debe financiar investigación para cambiar los genes de niños por nacer?
También en este caso hay una fuerte oposición, aunque se achica la diferencia cuando la pregunta refiere a la prevención de enfermedades. En el caso de los bebés de diseño para mejorar inteligencia o caracteres físicos, el 82% se opone a la financiación pública, mientras que el 14% apoya. En cuanto a la financiación para la prevención de enfermedades, se opone el 51% y apoya el 44%.
(3) ¿Quién piensa la gente que debe decidir autorizar o no que se pueda cambiar los genes de bebés por nacer?
Para los encuestados, un 53% piensa que este punto debe ser resuelto por científicos, médicos y expertos en tecnología, un 9% por el Gobierno y un 31% por otros o por nadie.
(4) ¿Quién se ha hecho estudios genéticos y por qué?
Sólo 6% de los adultos encuestados afirmaron haber hecho personalmente estudios genéticos. Ello indica una muy baja utilización de los estudios genéticos. Las razones para realizarse el estudio fueron: por problemas vinculados con la salud de los futuros hijos (35%), el deseo de conocer más sobre la historia familiar (25%), problemas de salud para sí mismos (18%) u otras razones (18%).
(5) ¿Está la gente interesada en hacerse estudios genéticos en el futuro?
La encuesta preguntó si estaban interesados en realizarse un estudio genético ante el riesgo de distintas enfermedades y en ese caso hubo mayores respuestas positivas: ante la eventualidad de cáncer o Alzheimer, 56% se haría un estudio genético.
(6) ¿Qué piensa la gente sobre la terapia genética?
La encuesta reveló el poco conocimiento que existe sobre los debates en torno a las terapias genéticas. Un 26% nunca escuchó hablar de estos debates, y un 24% escuchó casi nada. Sólo un 19% escuchó mucho y un 31% escuchó algo.
(7) ¿Piensa la gente que el gobierno debe financiar investigación sobre terapia genética?
El 64% de los encuestados consideró que el Gobierno debe financiar investigación sobre terapia genética.
Resulta interesante advertir esta oposición a la edición genética de las personas por nacer, que ha sido motivo de gran debate en este último tiempo y que constituye un mecanismo que refleja una cultura del descarte y la búsqueda de la mejora de la raza.
Informe de Jorge Nicolás Lafferriere
http://www.statnews.com/2016/02/12/consumers-arent-wild-genetic-testing-doctors/