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Red de apoyo a la mujer con embarazo vulnerable

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Durante el 2018 presenciamos un inaudito avance hacia la liberalización de las prácticas abortivas, en los medios y en el ámbito parlamentario el debate parecía girar en torno a la problemática de la maternidad vulnerable, aunque el acento se puso en medidas inconducentes para la solución de las dificultades concretas que deben enfrentar muchas mujeres. A un año del inicio del debate en el Congreso gran cantidad de medidas concretas propuestas para la contención de las mujeres en situación de desprotección parecen haber pasado desapercibidas.

Todavía no se evidencian medidas concretas adoptadas por el Congreso Nacional  para la prevención de los factores de riesgos biológicos, psíquicos y socio-económicos que afectan a la mujer ante un embarazo en situación de vulnerabilidad.

Por nuestra parte, venimos insistiendo en que deben trazarse políticas públicas de fondo, técnicamente fundadas y de largo plazo para contribuir al acceso equitativo a los servicios de salud, reducir las tasas de mortalidad materno-infantil y la tasa de aborto, generar las condiciones prenatales y post parto apropiadas, favorecer el desarrollo integral de los niños y el cumplimiento de las Condiciones Obstétricas y Neonatales Esenciales (CONE) y, entre otras cuestiones, la creación de redes de apoyo a los fines de la prevención, la detección de madres en situación de embarazo vulnerable, el tratamiento y la capacitación[1].

La sociedad civil entra en acción

El 7 de marzo de 2019 trascendió la suscripción de un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social para la creación de una línea telefónica para la atención de mujeres que se encuentren cursando embarazos vulnerables. La línea telefónica es de alcance nacional y gratuita, comenzaría a funcionar en abril.

La iniciativa presentada por ACIERA (Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina) fue presentada en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso, con la presencia de algunos de los Diputados nacionales que habían votado en contra de la promoción del aborto: Carmen Polledo, Cornelia Schmidt-Liermann, Eduardo Amadeo, Jorge Enríquez y Marcela Campagnoli.

La medida había sido propuesta por Evelyn Rodríguez en ocasión de las audiencias convocadas por el plenario de comisiones en la Cámara de Diputados el 17 de abril de 2018, quien desde entonces ha insistido en la creación de una red nacional para la atención integral de la maternidad vulnerable como una medida positiva y conducente para la detección de situaciones de desprotección que permitiera encausar la problemática y brindar el asesoramiento necesario a esas mujeres.

La red de contención está conformada por 200 instituciones de la sociedad civil que, cada una con un enfoque particular sobre las diferentes aristas de la problemática, acompañan y asisten a mujeres en situación de vulnerabilidad.

Visibilizar el vulnerable

A través de la iniciativa se advierte un intento por echar luz sobre las causas que justifican inequidades para muchas mujeres, lo que habilita a la acción de las instituciones que integran la red, y un modo de interactuar personalmente con las víctimas de violencia, de presiones familiares, laborales o sociales que atentan contra su bienestar y el de sus hijos, y/o las mujeres sometidas a frágiles condiciones económico-sociales.

El reconocimiento del vulnerable y la aceptación de su dignidad personal habilitan a disponerse personal y socialmente para trabajar por la erradicación de las graves inequidades que aquejan a gran parte de la población. Se trata de trascender la declamación y realmente asumir la problemática, instando medidas concretas para el contexto familiar, económico, laboral o social desfavorable.

El descubrimiento del valor de cada persona vulnerable y la consecuente acción tendiente a eliminar esa nota, resulta hoy profundamente contracultural. En un interesante trabajo el Profesor Claudio Sartea sostiene que “en un mundo en que la normalidad coincide con la perfección, verdadera o aparente, la imperfección de cualquier fra­gilidad supone la inmediata destinación a la basura: de tal forma, se garantiza la posibilidad de la normalidad y se paga su precio”[2].

Podríamos decir que existe una fragilidad ontológica, necesaria -asociada a los límites de la naturaleza humana- y otra contingente, motivada por circunstancias accidentales. En el último grupo cabría ubicar a la especial vulnerabilidad de las mujeres violentadas física o psicológicamente, a las que se encuentran excluidas del acceso a bienes sanitarios básicos, a las que reciben presiones de diversa naturaleza para la terminación de sus embarazos, las que no poseen acompañamiento, etc. Todas esas expresiones de fragilidad son evitables.

En el mismo sentido, el autor citado refiere a la “fragilidad económica”, la que se advierte “en el seno de una civilización y de una cultura dominadas por el cri­terio financiero de jerarquización del valor”.

La red nacional de contención comentada en estas líneas parece atender a algunas de las causas de la fragilidad contingente, circunstancias inaceptables sobre la que podemos operar. ¿O acaso debemos resignarnos a la pobreza, a la falta de acceso a los servicios de salud, a la falta de trabajo y educación, a la violencia?

Celebramos la creación del 0800 y el trabajo de todas las instituciones que en las sombras trabajan al servicio de las mujeres invisibles y esperamos que la comunidad se aliste en iniciativas de similar tenor. En esta labor no debería haber banderas y consignas particulares, el compromiso por una sociedad más justa y equitativa debería ser política de Estado y un objetivo común de toda la familia humana.

Informe de Leonardo Pucheta


[1] https://www.maternidadvulnerable.com.ar/2018/08/29/salvar-las-dos-vidas-una-propuesta-bien-concreta/

[2] Claudio Sartea, La dignidad del vulnerable no tiene precio lo que puede hacer el Bioderecho para salvarnos de la trampa economicista. Cuadernos de Bioética XXVIII 2017/1. En líneahttps://aebioetica.org/revistas/2017/28/92/99.pdf [Último acceso el 09/03/2019].